Después de pasar la noche en vela…
-¿Intentas dormir, mami? –le preguntó la nena a la mamá.
-¿Y a vos qué te parece? –le dijo la madre.
-¡Yo dormí toda la noche, no sentí nada!
-Sí, ya me dí cuenta. Puede pasar un tren y no lo sentís.
-Bueno má, hay una diferencia –dijo la nena.
-¿Cuál?
-¡Que yo no hago nada, y vos sí! Ja, ja.
-¿Por qué no te pusiste las medias? –preguntó la madre.
-Son feas, rojas y azul, parezco de San Lorenzo
-Bueno, ¿no tenés otras?
-Sí –contestó la nena, -pero el perro las rompió, y los otros quince pares están sucios de barro –agregó la nena.
-¡Pero no sabés cuidar las cosas, hija! –dijo la madre. –Necesito que te cambies y bajes al almacén, compres leche y para hacer la comida.
-Ya voy –contestó la nena, -estoy hablando con Lautaro.
-¿Y quién es Lautaro? –preguntó asombrada la mamá.
Le contestó ella que era su novio.
-¿Qué? –refutó la madre asombrada y un poco enojada.
-Bueno, ¡se me pasó, mami!
-¡¡Yo te voy a matar!! –la madre le dice, y luego la manda a comprar.
Karina Martínez, 2do año
domingo, 21 de noviembre de 2010
La soledad
Érase en un pueblo muy desolado donde casi nadie vivía, excepto una señora que contaban que lo único que hacía era estar desnuda y coser.
No se la conocía casi nada, ella era muy solitaria.
A través de la ventana se la observaba que estaba desnuda.
Se notaba mucha tristeza en ella desde lo lejos a través de la ventana. Se decía que la habían violado en un callejón del pueblo y producto de esta violación ella quedó embarazada.
Hasta el día de hoy no se sabe casi nada de esta mujer extraña, sólo que está muy triste y sigue desnuda y cosiendo en su sillón, y se la observa a través de la ventana.
Cristina Figueroa, 2do año (Relato sobre "El despertar de la criada", de Sívori)
No se la conocía casi nada, ella era muy solitaria.
A través de la ventana se la observaba que estaba desnuda.
Se notaba mucha tristeza en ella desde lo lejos a través de la ventana. Se decía que la habían violado en un callejón del pueblo y producto de esta violación ella quedó embarazada.
Hasta el día de hoy no se sabe casi nada de esta mujer extraña, sólo que está muy triste y sigue desnuda y cosiendo en su sillón, y se la observa a través de la ventana.
Cristina Figueroa, 2do año (Relato sobre "El despertar de la criada", de Sívori)
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