Pero hoy tampoco será el día para encarar a la muchachita de cuerpo pendular. Será mañana cuando nos encontremos en bancos enfrentados en la plaza de Parque Patricios. Como todos los días de la semana, un ritual que lleva meses. El primer encuentro se produjo cuando los jacarandá de la plaza brotaron de flores y llenaron de alegría nuestros ojos. Contemplábamos el cielo abierto en la ciudad y el espectáculo que nos brindaba la naturaleza. Respirábamos profundamente, nos llenábamos de vida, de nuestros pulmones además se nos escapaba un suspiro.
Fue la primera vez que la miré a los ojos directamente y en ese momento pensé: "En la mirada se le nota a veces que se siente mal, triste", y eso fue también lo que me atrajo y me dio más y más ganas de hablarle.
Darío Julián - 2do año
No hay comentarios:
Publicar un comentario